El Real Madrid, el de los galácticos, era líder en solitario de la Liga, su perseguidor más cercano era el Valencia, mientras que el FC Barcelona empezaba a remontar puntos para intentar calificar a la UCL después de una primera vuelta para el olvido.

Era el primer clásico que jugaba Ronaldinho en el Bernabéu, los pronósticos eran claros: el Real Madrid ganaría. Antes como ahora, el sentimiento de golear al acérrimo rival era una idea que rondaba en la cabeza de los madridistas, no había mejor manera de cerrar una Liga que tenían en la bolsa. Sobre todo tomando en cuenta que en sus filas tenían a Zidane, Roberto Carlos, Beckham, entre otros; además habían vencido al Barça en el Camp Nou en la primera vuelta.

EL juego pintaba para una goleada, el Barça con mucha suerte se salvó, una y otra vez lo intentó el Madrid. Empezó ganando, pero el Barça empató. La jugada que define el juego no es la tonta expulsión que se ganó Figo, si no un pase magistral de Ronaldinho al que se estaba convirtiendo en el cerebro consagrado del Barça: Xavi.

El Clásico de ese abril de 2004 determinó el estado de lo que sucedería después: el Real Madrid cayó en un bache del que no se pudo recuperar, perdió la Liga ante el Valencia; además el Barça lo superó en puntos, obligando al Madrid a jugar la «repesca» de la Champions, el fin de ciclo de los galácticos.

El Barça cayó en estado de gloria después de ese clásico, a sus fila llegaría para reforzar la delantera Eto’o, convirtiendo junto con Xavi, Iniesta, Deco, Puyol y Valdés al equipo en uno de los mejores de Europa, pero esa es otra historia.

Hoy el Barça enfrenta al Madrid con el reto de ganar la Liga, muchos dan por hecho que hoy el FC Barcelona va a ganar con facilidad. Ningún Clásico es fácil, el Madrid es líder y con el empate asegura prácticamente la Liga, así que espero un partido cerrado, con muy pocos espacios y que seguramente se jugará en la cancha del Madrid.

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