Hoy hablemos del panorama del fútbol mexicano, nuestro fútbol, este juego lleno de ayeres mágicos y repleto de figuras, que hoy vive el presente más competitivo según algunos, mientras la gran mayoría lo consideramos mediocre… pero debo afirmar que veo soluciones.  Hay ciertos puntos de inflexión que podrían generarnos un fútbol realmente competido.  Hablaré de ellos a continuación, sabiendo que el ayer determina el hoy y a su vez, pone las bases para el mañana, el  mañana del fútbol mexicano que al día parece ser nada envidiable.

Como negocio, el fútbol mexicano está en decadencia.  Los directivos buscan sacar dinero al momento sin importar la inversión que puedan llegar a pensantemente hacer a corto, mediano y largo plazo.

Hoy tenemos liguilla cada seis meses, con ocho calificados, los menos irregulares siempre, y un par más que se manejaron constantes en la Liga durante el tiempo de torneo pero que seguramente caerán psicológicamente ante la barbaridad de cábalas insulsas que deambulan en el torneo final por el título.  Los otrora grandes, enormes monstruos devora equipos y que peleaban la liga entre ellos nada mas, hoy son una triste y enana caricatura que pierde centímetros de manera crónica, que sufren torneo tras torneo para no ser el que no pudo calificar.  Por suerte quitaron el mentado “repechaje” o “repesca”, algunos lo denominaban “reclasificación” cuando era claro que las lagunas en el sistema de grupos arrojaba un equipo con mejor rendimiento que otro en un grupo peor que el del primero.

En determinado momento tuvimos tres grupos de los cuales siempre existía el mentado “repechaje” puesto que la competencia en el grupo A no era la misma que en el B o en el C.  El nivel de todos los equipos tan visceral como siempre, no permitía que las expectativas dieran la razón.  Recuerdo algún grupo formado con América, Guadalajara, UNAM y Cruz Azul, más dos de “relleno” y terminaron siendo los de «relleno» el primero y segundo de grupo, y estos grandes disputándose los puntos sobrantes para determinar quienes no tendrían la pena de no ingresar a la liguilla.  ¡Absoluta vergüenza!.

En lugar de tener un Draft vacacional en algún hotel de Acapulco por trámite, para algunos ingenuos habrá que aclarar que la mayoría de los traspasos ya están arreglados, solo resta hacerlos formales en vivo.  Además de la gran pena que es ver a jugadores, algunos buenos, otros muy malos, rogar por oportunidades a directivos que piensan en como volverán de sus vacaciones laborales.

No recuerdo a un club que estuviera formado y solo fuera por un par de jugadores que sirvieran como refuerzo a su ya existente plantel, todos van a comprar lo que a otros les sobra.  América posee a más de trescientos jugadores que están repartidos de acuerdo a su último torneo entre San Luis, Necaxa, Atlante, Puebla, Jaguares y demás, los únicos que se podrían salvar de la repartición de talentos de Coapa son Guadalajara y Morelia, el primero por la rivalidad acérrima que tienen y el segundo porque quieren tener rivalidad de Clásico, misma que solo existe en la mente novelezca de las televisoras.

En los últimos años, solo Monterrey, Tigres y Santos han pensado en estrategias de refuerzo futbolístico para sus clubes, dejaron de hacer lo que los demás continúan haciendo, pujar por los jugadores de moda para obtener diez jugadores nuevos que en seis meses no coordinan juntos y terminan por marcar otro fracaso.

El panorama actual del fútbol mexicano no sorprende a muchos, provoca críticas y mucha rabia al espectador, quien paga para asistir a un estadio para ver el más deplorable espectáculo en los niveles de expectación.  No han fallado los aburridos Clásicos nacionales llenos de cero a cero.  Las visitas de los llamados grandes a equipos chicos que viajan a jugar con segundos equipos y mantener el menor esfuerzo de visita.  Las bondades de la calificación al final del torneo refuerzan a todos, menos al más malo.

Hay formas de revivir el fútbol mexicano, ese fútbol que en nuestra infancia nos hacía soñar, nos hacía tener la ilusión de asistir al estadio, de ver el domingo el partido de las doce del día, de no soltar la playera del equipo hasta que en verdad había que dejarla a un lado para asistir a la escuela.  Ese fútbol que todavía tenía ídolos: existían y vivían sin envejecer para los americanistas Antonio Carlos Santos, “Zague”, “Edú”, Biyik, Kalusha, Del Olmo y un joven Cuauhtémoc Blanco; para los Chivas estaban Ramón Ramírez, Ramón Morales, Ignacio Vázquez, Gustavo Nápoles, Coyote, Turrubiates; para los Cruzazulinos no morían jamás Hermosillo, Zamora, un novato de apellido Palencia, Yegros, el “Maestro” Galindo, Reynoso, Sixtos, El “Conejo” aún con cabello; los Pumas de la UNAM con Campos en plenitud, un nuevo valor de nombre Braulio Luna, Oteo, Olalde, Torrado, Sancho, Luis García; el Necaxa de Lapuente con Peláez e Ivo al ataque, el “Cuchillo” Herrera, Ambriz, Lalo Vilchez, el “Picas” Becerril; Monterrey con Verdirame y el “Matador” Hernández, un joven «Tato» Noriega, Eber Moas, Missael Espinosa, el “Vaquero” Jauregui y un siempre novato “Abuelo” Cruz; Atlante con Luis Miguel Salvador, Miguel Herrera, Daniel Guzmán, Roberto Andrade, Romano, Masaccesi, Cantú, el “Potro” Gutierrez; existía un Santos con su “Turco” Apud y Adomaitis; los Tecos campeones con Donizete y Goncalvez, Eustacio Rizo y un reciente Duilio Davino; existía un equipo Esmeralda que hacía imposible la vida en su Nou Camp; los Ates y su “Fantasma” hacían tropezar a cualquiera desde el Cerro del Quinceo; habían Correcaminos y Cobras, Jaibas Bravas, en fin, grandes jugadores y grandes equipos que marcaron una etapa de ensueño y si bien no eran cracks mundiales, eran las estrellas que hacían que la Liga brillara cada fin de semana.  Recuerdo el Torneo de Copa que se jugaba entre semana y que permitía a los equipos pequeños dar el salto de calidad, como hoy en España ofrece la Copa del Rey.

Estos equipos y jugadores no volverán, los equipos de hoy se han globalizado sin argumentos, hoy piden reconocimiento mundial sin ganar algo importante.  Si un jugador se da a conocer en el mundo es debido al accionar particular y solo uno que otro caso completa el círculo para llegar al tope, los demás solo deambulan gozando de una oportunidad tirada a la basura que cierra puertas a otros.

Hoy hay más talento pero menor nivel, hoy hay más preparación pero menos esfuerzo, hay más oportunidades pero menos aprovechamiento.  Hoy se tiene la opción de jugar Copa Libertadores y se rechaza por la mala organización del torneo local, se hace berrinche y se le hace ver a la Federación que así no jugarán.  Y hay quienes aplauden esta “lección”.

El fútbol en su mínima expresión se trata de aprovechar las oportunidades en la cancha, cualquiera que sea, la velocidad, el toque, el pase, el gol.  De esto también debiera ser la mentalidad del incluido en el fútbol mexicano, aprovechar las oportunidades.

Todo empieza en cada uno de los componentes del fútbol mexicano, desde el jugador y el utilero hasta el directivo.  Hay que reconocer los límites actuales, permitir el cambio y hacerlo posible.  Ir más allá, sentir el juego del domingo como si fuera el último.  Ofrecerse al espectador al cien por cien.

El fútbol que nos hizo ilusionar puede volver con creces, con una condición: exigencia de todos y para todos.  Podemos tener una Liga como la de los ochentas y noventas, con mayor nivel.  Hacer que el nivel que reflejó la selección de Confederaciones del Bigotón permanezca en la liga.

Todo esto puede hacer posible el cambio en el fútbol mexicano, todo para que el fútbol de hoy, sea como el de ayer y crezca para siempre.

 

@Pa10minho

Fútbol mexicano