Normalmente no hablo del Chafafut Mexinaco, pero hoy recordé una anécdota respecto al tipo más pedante y antifutbolero que conozco (hasta Benoît AssouEkotto es pasable con su puntadón de «Mi vida no es el futbol, pero me pagan por hacer lo que hago bien»).

En el año 2011, el Santos Laguna vino a jugar a Pipopelandia en el Apertura 2011 (ganó 2-1 el visitante el 25 de Septiembre de ese año); en la tarde de ese día,los jugadores debían ser transportados al Aeropuerto de la Ciudad de México para su traslado en avión a un país centroamericano para jugar Concachampions. Los choferes de las 3 camionetas que llevarían a todo el plantel sabían poco de los jugadores, pero a cada uno le pedían un autógrafo para llevárselo a sus hijos. Uno de los choferes le pidió su firma grabada en una hojita al portero patético, el cual respondió:
-«Yo sólo doy 2 autógrafos por día, y los 2 los di en el estadio».

No le dijo de leperadas al pobre hombre que lo transportaría, pero su ego megainflado lo sacó a relucir. Contaba otro chofer que los líderes del grupo (Baloy, Ludueña) al ver que se subía a la camioneta #2, optaban por irse a otras, pues su reputación de diva alzada no les permitía ni acercarse; nadie lo quiere, ni lo aguanta.

Hablo del portero mexinaco más prostituido de este balompié tan mediocre, pero con el que crecimos nuestros primeros años. Surgido de la excelente cantera de porteros del Atlas, jugaba con esa vida y corazón que un muchacho le mete a sus inicios (y más cuando tenía a Cabuto y otros porteros encima de él). Destacó en el marco tapatío y fue vendido al América (de México, no de Cali), donde empezó a pulir las habilidades adquiridas con los rojinegros y llegó hasta la selección nacional.

Después de varios torneos en el nido de Telerris…. perdón, de Coapa, fue vendido, ni más ni menos, que a las Chivas… y en ese momento entendí que era este jugador: un mercenario.
En un futbol donde tanto pedimos que se tenga amor a la camiseta (o respeto a la filosofía de la institución que te pagó y te hizo nacer como futbolista), este tipo vino y se unió a los archirrivales de los 3 equipos en los que jugó (sólo le falta retirarse en el Monterrey para tener el cuadro completo). ¿Atlas, América (de México) y Chivas? Hay algo que no cuadra, algo que no es comprensible… bueno, $í lo e$.

Cuando el dinero es tu moneda de cambio (no tanto tu dignidad y calidad) uno puede terminar como él; tal vez tengas mucho dinero, pero tu honor como jugador es un asco y tu credibilidad será nula. Y es sólo un ejemplo de los «vendidos» de este negocio de piernas interminable (Gansito Padilla, Moctezuma Serrato, el Gringo Castro, etc.)… que sólo ven $$$ sin tener un hilo de respeto por su formación.

Ya ni hablar por cuantos melones se fue a Torreón…

Un recuerdo que siempre tendré y que me hace tan feliz fue un América – Cruz Azul en el Azteca (a media semana). Penal a favor del Cruz Azul y Carlos Hermosillo a cobrar. El portero trata primero de amedrentar e intimidar al cruzazulino; ya en la línea de gol, empieza su ya patentada indicación con el brazo al tirador de «ponla acá, puto». En este caso en específico, primero empezó con un brazo y después con el otro. Hermosillo lo cobró y lo metió. El festejo del 27 fue brincar como estúpido moviendo los brazos igualito que Oswaldo… una burla total que me hizo sonreir un ratote (y cada vez que lo recuerdo).

oswaldo