En la vida como en el fútbol se aprenden valiosas lecciones mediante la victoria, siempre aprendes sobre la constancia y la paciencia, sobre el trabajo duro que te llevó a la cima y el cómo hacer las cosas para continuar en ese punto de éxito.
Así como se aprende y se reciben elogios, también puede caerse en la soberbia, en saberse en el tope de la cima y pensar que no hay más. ¡Craso error!
El que gana, debe mantenerse y dar ejemplo de cómo llegar a la cima, hacer leal la competencia por el primer lugar y mostrar y demostrar cómo se consigue ser el mejor. ¡Ojo! Siempre hay que mantener la identidad de quién somos y cómo conseguimos el éxito, esta situación hará que los demás hagan suyo el procedimiento y lo apliquen a la particularidad que cada individuo representa.
En la semifinal de UEFA Champions League, disputada entre el club londinense Chelsea y el español FC Barcelona, pudimos apreciar lo que se puede ganar cuando pierdes.
¿Cómo? ¿Aprender perdiendo? ¡Sí! Habitualmente grandes entre los grandes salen avante en las eliminatorias de la mejor competencia de clubes en el mundo, siempre compiten al final los grandes contra los grandes, los pequeños dejan de estar, llegan y se esfuerzan hasta donde les alcanza pero entendamos bien que hay niveles distintos. Podrán existir equipos diferentes como el Apoel chipriota este año que ilusionen a sus fanáticos pero que llegará uno más grande que le marcará el límite entre la fantasía y la realidad.
¿Qué pasa cuando tienes una racha ganadora de determinado tiempo? Es posible que te acostumbres y acostumbres también a los tuyos a sentirse ganadores, a creer y pensar que está todo ganado, que la opción de disputar los torneos se vuelve obligación de ganarlos, estoy totalmente de acuerdo. No podemos evitar exigir a los talentosos que pongan en orden y práctica sus virtudes en pos de la victoria.
Sería tonto pensar que al más veloz se le pida una velocidad promedio y sería igualmente tonto esperar que el más lento pueda competir en máxima velocidad. Sin embargo, al veloz hay que exigirle velocidad y al lento, hay que demandarle esfuerzo para superarse.
Vimos en el partido que mencionaba a un equipo acostumbrado en los últimos años a ganarlo casi todo, avanzar sobre los rivales, apabullarlos y llevarlos contra las cuerdas y pegarles hasta noquearlo (comparación pugilística); respetar la actitud y esencia que el actual director técnico logró evolucionar con el pasar de los años, ganándose el respeto del mundo futbolístico, y esto se ve representado cuando los equipos pequeños y medianos se juntan atrás esperando no tener más de dos goles de diferencia y salir “librados” de tan duro partido, en tanto que los equipos grandes se ven encerrados para evitar el destino de los menos afortunados y salir con canasta llena y para repartir. Ese gran equipo que mandó y manda en los terrenos de juego tiene debilidades, está compuesto por humanos, ¡sí, es verdad! seres humanos que conciben el deporte más hermoso del mundo de manera distinta. La debilidad de este equipo es tener ideas aún mas frescas de cara a la negativa de otros por jugar. El saber que hacer al topar con pared, faltó el miércoles pasado y este martes también.
Aun cuando ya habían derrotas similares a la de hoy, no se aprendió bien la lección. Aquel Sevilla que los eliminó de Copa del Rey, ganó el de ida y aguanto la vuelta; luego vino el Inter de Milán y de igual manera, ganaron en casa y aguantaron la visita a feudo azulgrana; el eterno rival se plantó una vez a pegarse de golpes sin orden y salió zarandeado, aprendió de la manita con la que los culés recibieron al entrenador que le cambiaría el pensamiento para competir; este mismo Real Madrid que fue apabullado en lunes veintinueve de Noviembre de dos mil diez, aprendió de sus errores y plantó un gran partido tácticamente y psicológicamente en la final de la Copa del Rey y la ganaron; así también hace unos días lograron solventar una difícil visita al Camp Nou asegurando emocionalmente el campeonato de Liga. Hoy el Chelsea sabía que ponerse al tú por tú contra el nombrado por algunos “mejor equipo del mundo” no le traería los resultados deseados.
Siendo el equipo inglés, quien menos posibilidades tenía de los cuatro semifinalistas, resultó el que pudo apostar a ganar sin tener la presión que el sorteo y estos tiempos marcaban sobre merengues y azulgranas, ni la obligación de los bávaros del Bayern Munich para jugar la final del torneo europeo en su propia cancha. Eran los que menos perdían si no lograban tener éxito en las semifinales, el sorteo ya le había puesto al equipo más duro. En su torneo local no andaban bien, el director técnico que llegó con la esperanza “Blue” de imitar lo que José Mourinho dejó como legado, salió despedido y pudiera decirse que con cama tendida hace un par de meses. Dieron “confianza” por decirlo de la manera más ligera a Roberto Di Matteo para hacerse cargo del equipo mientras la temporada acababa y resulta que el menos pensado fue el más indicado para hacerlos jugar, bueno, para levantarlos un poco anímicamente.
Tendiendo espacios y creándolos, blaugranas hicieron lo que quisieron y desarmaron a todos. Pero cuando los equipos se le cerraban atrás, con doble línea de cuatro o cinco jugadores para defender, fue entonces cuando se le complicaba y las ideas frescas que goleaban a todos se hacían menos. Hubo demasiados casos en la liga local donde sufrieron defensas férreas y nulo ataque de los contrarios, hubo otros más donde el rival, se plantó de frente y apostó por usar sus talentos para encarar al equipo culé, un ejemplo constante de rivalidad fue el Athletic Club de Bilbao. Cuantas veces se enfrentaron cuanto empate fue difícil de conseguir, Copa del Rey y Liga incluidas en estos duros enfrentamientos.
Los equipos que se han enfrentado a estos monstruos del fútbol han aprendido a usar sus virtudes y reducir sus limitantes. Los que ganaban todo, no lo aprendieron de manera consciente. Entendían el traspié al momento pero al volver las dulces aguas de la victoria, ese ligero y amargo trago quedaba en solo el recuerdo y el honor para el club que lograba ponerlos en aprietos de haber sido aquellos contra los que no pudieron ser ellos.
Ese equipo aprende hoy que ante la imposibilidad de tocar la redonda hasta el fondo de la portería de vez en cuando es bueno un tiro de media distancia. Aprende hoy que no se gana con posesión, que esto no es de merecimientos, que no importa que estén los mejores en el cuadro, que hay que adaptarse para lograr las diferencias entre ganadores y perdedores.
Este equipo hoy aprende que perdiendo se logrará reforzar el ánimo y el corazón que los hace ser quienes son, los más grandes. Un gran tropiezo sufrido hoy, duro y pesado para todos, tanto jugadores como para los hinchas, directivos y quien quiera que sea parte de ese gran equipo. Dura y fuerte cachetada para todos los embelesados con su juego, que hoy sin importar que sean aquellos que jamás usarán una playera blaugrana sufrieron porque el fútbol mostraba ser hecho y jugado por humanos, que la lógica y la razón no tienen nada que ver cuando también debe llevar acciones.
El pase a la final lo pierde el club español en cada pase errado por ideas borrosas, en cada tiro de larga distancia no realizado, en cada oportunidad dada al compañero cuando debían intentar ir de frente.
Pero aun perdiendo, este club se hará más fuerte porque ha dolido la caída, porque seguramente no querrán volver a sentir lo que hoy vivieron, porque se volverán una piña aun más cerrada y querrán demostrar que esto no es de un período, que los ciclos son de muchos años y que lo de hoy fue una de esas cosas increíbles que nadie entiende.
Al terminar el partido hubo seguramente millones de comentarios sacrificando a los que hoy jugaron como siempre y perdieron jugando como siempre, que hoy los viejos ya no servían y que los jóvenes no debían estar más. Imaginen que estas palabras se hicieran verdad, ¿quiénes representarían al club? Hoy perdió no solo el cuadro catalán, hoy perdió el futbol, hoy perdimos todos los románticos que apreciamos el buen futbol.
Dicen algunos que el fin justifica los medios, felicidades a los que logran el fin sin importar los medios, pero más importante festejar a los que con los medios justifican el fin. Un aplauso a todos aquellos que mueren siendo los mismos y no cambian a pesar de las circunstancias.
Hoy se aprende perdiendo, hoy la derrota es la mejor maestra y tengan por seguro que el club volverá a pelear, jugando como siempre, por todos los títulos que dispute.
Queda muy claro, que siempre podrás ganar aun cuando pierdes.
@Pa10minho